El cultivo del nopal tunero, además de tener una importante función económica, desempeña un papel preponderante en la conservación biológica de zonas semiáridas dañadas, ya que no sólo retiene el suelo y el agua, sino que proporciona hábitat para flora y fauna de la región.
Los anteriores conceptos fueron emitidos por la investigadora del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Mónica Riojas López, cuando en fechas recientes presentó el documental “Las plantaciones del nopal tunero como opción para la rehabilitación de ambientes semiáridos degradados en los Llanos de Ojuelos, Jalisco”.
De acuerdo con la académica, el deterioro ambiental de dicha zona es serio , a causa del pastoreo intensivo durante más de 400 años, así como la agricultura de temporal (principalmente de maíz, frijol y cebada) que es baja, por las escasas lluvias.
Puesto que tales cultivos no prosperan, los terrenos son abandonados y a la larga el viento y la lluvia los erosiona. Buscando una alternativa para detener el deterioro ambiental, pensamos que el cultivo de nopal tunero podría desempeñar un papel importante, pues observamos que tenía especies de flora y fauna que no estaban en sitios sobrepastoreados y menos donde tenían cultivo de temporal .
Por su adaptabilidad, el nopal tunero representa una opción económica, y en algunos casos más redituable que otras actividades agropecuarias . En los Llanos de Ojuelos, que abarcan cinco estados (Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y Aguascalientes), hasta hace tres años había sembradas 32 mil hectáreas, de cuando menos 14 variedades de tuna.
Además del beneficio económico, este cultivo tiene uno ecológico, pues las plantaciones de nopal tunero propician el establecimiento de especies nativas. Alrededor del 70 por ciento de la superficie de nopal tunero en la región propicia la colonización de otras especies de flora y fauna.
El estudio muestra cómo las poblaciones de flora y fauna pueden variar de acuerdo con los esquemas de manejo. Lo que hicimos fue comparar nopaleras cultivadas y silvestres . Por ejemplo, en las primeras contabilizaron 13 especies de mamíferos, y 16 en la segunda.
En el caso de las nopaleras de manejo intensivo y/o tecnificado, varía mucho: hay lugares en que hemos encontrado siete especies y en otras, dos. Es muy variable año con año . En cultivos no intensivos, son más constantes las poblaciones de animales.
El trabajo mencionado, pionero en México respecto al conocimiento del valor de dichas plantaciones, refiere que es necesario apoyar a los productores a fin de dar valor agregado a la tuna, así como establecer esquemas de manejo que favorezcan, además del cultivo del nopal, la conservación de la flora y fauna.
Si bien estos cultivos cumplen un papel ecológico importante, no quiere decir que se deba tumbar la vegetación nativa y poner tunas, sino hacer esquemas mixtos de nopaleras silvestres y cultivadas, pastizales y siembras de temporal, es decir, un mosaico que contribuya a conservar la zona .
El video es una síntesis de un estudio realizado por la académica, junto con el estudioso Eric Mellink, del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, durante 10 años. El documental fue elaborado con apoyo de la Unidad Multimedia del CUCBA y es la tesis de licenciatura de Carlos Ortiz Ramírez. El documental, de 43 minutos, incluye un recuento de las zonas áridas de México, importancia de estas áreas en lo ecológico, problemática ambiental de la región de Ojuelos, Jalisco, entre otros temas.
Guadalajara, Jal., 11 de mayo de 2010
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Internet
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas