Más de 520 mil toneladas de gases efecto invernadero y 680 mil toneladas de gases y partículas dañinas a la salud, son consecuencia de los dos incendios que se presentaron en abril y mayo, en el bosque la Primavera.
Según informó el investigador y miembro del Cuerpo académico Salud ambiental y desarrollo sustentable, del CUCBA, Arturo Curiel Ballesteros, los gases que provocaron estos incendios equivalen a la contaminación que genera un millón de automóviles durante 61 días.
“Se ha perdido la capacidad de infiltrar siete mil millones de litros de agua, ha ocasionado una pérdida de oxígeno de 381 mil toneladas, se ha incrementado la condición de riesgo a inundaciones, el incremento de la temperatura, la liberación de 520 mil toneladas de contaminantes atmosféricos y una pérdida de 120 mil toneladas de suelos. En caso de querer recuperar las pérdidas, representaría un costo de más de mil millones de pesos”.
Curiel Ballesteros agregó que los incendios en la Primavera también dañaron los servicios de aprovisionamiento, es decir, oxígeno, humedad y agua, así como los servicios de regulación de temperaturas extremas.
Guadalupe Garibay Chávez, investigadora del CUCBA, mencionó que la calidad del aire es uno de los principales problemas de la zona metropolitana de Guadalajara, y no existe la conciencia ni la percepción del problema por parte de la sociedad ni de las autoridades.
“Si bien es cierto que el problema de contaminación del aire no es un problema percibido por los habitantes de la ZMG, sí es un problema que se percibe socialmente para la población de Miravalle, que es una de las zonas más críticas (…) es una de las zonas con las poblaciones que quizá más efectos estén teniendo por esta serie de incendios”.
Agregó que “en términos de autoridades, se está cargando todo a la Semades, y hay actores municipales, estatales y federales que tienen que asumir su papel. La Semades está coordinando todo este asunto de –pro aire–, pero no es la única a la que le corresponde resolver el problema”.
El investigador Javier García Velasco informó que el humo de los incendios está compuesto por partículas tóxicas para los seres humanos, y que contribuyen al efecto invernadero, como monóxido y dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, así como ácidos orgánicos.
García Velasco puntualizó que aunque no existen acciones directas para proteger la salud de las personas, recomienda limitar la exposición al humo, no aumentar la contaminación en espacios cerrados, a través de no utilizar velas y chimeneas, así como no fumar.
Algunas consecuencias del humo de los incendios en la salud son: irritación de ojos y del sistema respiratorio, tos, falta de aire y dolor de cabeza. En las personas con problemas cardiacos pueden empeorar estos síntomas y también presentarse dolor de pecho, pulso acelerado y fatiga.
Martha Georgina Orozco Medina, investigadora de este centro universitario, dijo que a pesar de que las autoridades difunden cuánto se destinará para sofocar incendios, no se realizan acciones de prevención, evaluación y restauración de espacios dañados por estos fenómenos.
Orozco Medina recomienda a la sociedad tener a la mano el teléfono de altera de incendios (01 800 46 23 63 46), y al acudir al bosque, no utilizar fuego, no encender fogatas, no fumar y, en caso de calentar alimentos, apagar las brazas con agua y no dejar basura, porque se convierte en combustible en caso de incendio.
Curiel Ballesteros explicó que es difícil afirmar que inmobiliarias o desarrollos urbanos sean los causantes de los incendios, a causa de su interés por cambiar el uso de suelo. Sin embargo, resaltó que “en el tipo de orígenes de los incendios, se descarta la parte natural. Los incendios más dramáticos que hemos tenido en la Primavera, no han sido de carácter natural”.
Guadalajara, Jal., 20 de mayo de 2008
Texto: Wendy Aceves
Fotografía: Abel Hernández
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas