La secularización de la música religiosa, a partir de los años sesenta del siglo pasado, ha traído consecuencias funestas para la música y el pensamiento musical. Un ejemplo de ello en México es que la iglesia católica abrió sus puertas a las insoportables estudiantinas, que dizque tocan y cantan sus propias e inspiradas melodías de una insultante pobreza y cursilería; expresó el músico mexicano Mario Lavista, durante su conferencia magistral “Música religiosa”, impartida la noche de este jueves 27 de febrero, en el marco de la cátedra latinoamericana “Julio Cortázar”.
“No me cabe la menor duda de que durante el tiempo que suena esa clase de música Dios, con todo y su séquito, se sale del templo inmediatamente”.
Durante la charla que tuvo lugar en el paraninfo Enrique Díaz de León, el autor presentó dos de sus obras, un Stabat mater, que recientemente grabó en Estados Unidos y un Salmo, grabado por Lourdes Ambriz, soprano mexicana.
“En México ha estado siempre presente con altas y bajas la tradición de la música religiosa, una tradición de la que forma parte Sor Juan y que dio inicio en el siglo XVI, poco después de la Conquista española”, resaltó Lavista.
El compositor se declaró creyente, pero muy alejado de la iglesia católica, una institución que considera se ha convertido en algo impresentable, por los escándalos de pederastia en los que está envuelta. “Su imperdonable protección a los curas pederastas es algo que sucede con total impunidad en nuestro país y su iglesia católica”.
Lavista imparte las cátedras de Composición, Análisis y lenguaje musical del siglo XX en el Conservatorio Nacional de Música. Entre los reconocimientos que ha recibido destacan: la Diosa de Plata de la Asociación de Periodistas y Críticos de Cine, en 1978; En 2013 la Sociedad General de Autores y Editores de España lo nombró ganador del XII Premio SGAE, “Tomás Luis de Victoria”, máximo galardón de música en España.
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco
Guadalajara, Jal., 28 de febrero de 2014
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Texto y edición web: Laura Sepúlveda
Fotografía: Internet