“Nunca América Latina había tenido gobiernos tan incompetentes; nunca la clase intelectual había sido tan renuente a la política; nunca los jóvenes habían mirado la política con tanto desprecio”, señaló esta mañana el intelectual paraguayo Benjamín Fernández Bogado, al presentar en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanas (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, su libro: ¿Y ahora qué? Itinerario de la eterna desilusión política en América Latina.
Reunido ante estudiantes de diversas carreras del CUCSH, a quienes Fernández Bogado calificó como una “clase privilegiada” porque solo dos por ciento de la población en el país puede pisar una aula universitaria -estándares en América que están solo delante de Haití y de Honduras-, señaló que cuando más necesitamos inteligencia, conocimiento y participación ciudadana es cuando más lejos vemos un gobierno empeñado en invertir en las universidades y en educación.
“Los países más democráticos son los países con mayor educación. La recomendación de las Naciones Unidas es que los gobiernos inviertan por lo menos 10% del Producto Interno Bruto en ese rubro, pero si acaso México, por ejemplo, invierte 4.8 a 5. 2 por ciento del PIB. Es así que vivimos una democracia sin oportunidades ni posibilidades. La falta de inversión en ese rubro es criminal. Solo el conocimiento es capaz y lo único que puede producir una gran transformación”.
Y puso como ejemplo a Singapur que “ha hecho el salto económico más alto que recuerde la humanidad gracias a las inversiones que ha hecho en educación, ya que hasta hace algunos años era el país más pobre del mundo: dos veces más pobre que Haití en 1964, y hoy es la novena potencia comercial del mundo, Estados Unidos es la décima. En 1964 Singapur se vendió a Malasia, éste lo compró y luego ya no lo quisieron, y lo devolvió de nuevo, pero su cambio no es por obra de la casualidad: hoy el conocimiento es la base de la construcción de la riqueza”.
Y luego instó a los jóvenes ahí presentes a recuperar la palabra, “para volver a encender el corazón que desde hace tiempo se les ha entibiado la llama que produce el cambio, la revolución, la transformación de las sociedades. Las universidades, que era la vanguardia durante mucho tiempo, hoy la hemos aislado y ya solo queremos el título, el papel, porque creemos que eso es suficiente para construir el futuro. Cada vez nos cuesta más producir y retener a los talentos: 75 mil dólares cuesta la formación de un estudiante en nuestros países, eso es lo que yo les costé en Paraguay”.
Mencionó también, que la palabra que más pronuncian los políticos en campaña durente sus mítines es “educación”, pero una vez que llegan al poder es la educación lo que menos les interesa. Un informe del Banco Interamericano sobre pobreza y educación revela que las personas que llegan a tener un promedio de educación de seis años, tienen 62% menos posibilidades de ser pobres. “La pobreza de nuestros pueblos tiene el rostro de la ignorancia, del alfabetismo: 82 por ciento de los más pobres de América, los que viven en la miseria, son casi 92% analfabetas”.
“América Latina tiene todo para ser rico, tiene un continente extraordinario en recursos, tiene la población más joven del mundo. Sin embargo, la distribución de los ingresos es la más injusta y la más vergonzante del mundo. Necesitamos volver a recuperar la ilusión en esta democracia, pero necesitamos de gobiernos que se compadezcan de esos grandes sueños de que se alimentan ustedes. Si nosotros lográramos recuperar esa llama, esa fuerza que transforma las democracias activas habremos de romper con una América injusta y corrupta, y terminar con las tres crisis actuales: de valores, no sabemos cómo; de destino, no sabemos dónde, y crisis de identidad, no nos reconocemos, en nadie.
El día de hoy, Benjamin Fernández Bogado tendrá un encuentro con los estudiantes de periodismo del Centro Universitario del Sur y el día de mañana en la Ciénega.
Guadalajara, Jal., 28 de septiembre 2009
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: José María Martínez
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas