El estudio “Análisis espacial del arbolado público del centro metropolitano de Guadalajara, utilizando tecnologías de la información geográfica”, elaborado por Elizabeth Guadalupe Aguirre Arévalo, alumna del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, devela las deficiencias del arbolado por persona en la zona uno de Guadalajara, pues en promedio sólo hay un árbol por cada cinco habitantes.
El estudio, que fue dirigido por la investigadora del mismo departamento, Margarita Anaya Corona, abarca 15.5 por ciento de la superficie total del municipio, que incluye a alrededor de 40 colonias, y que limita al norte con la avenida Circunvalación J. Álvarez del Castillo y Circunvalación División del Norte; al este, con Belisario Domínguez y Calzada del Ejército; al sur, con Circunvalación Santa Eduviges y al oeste, con la avenida de Las Américas. El censo total de árboles en esa zona es de 34 mil 46 árboles.
“Del total, encontramos que hay 77 diferentes especies de árboles en dos mil 421 manzanas, 38 camellones, 10 triángulos y 14 plazas. Las cinco especies más representativas son el naranjo agrio, con ocho mil 584 árboles; ficus, con ocho mil 190; arrayán, dos mil 818 unidades; fresno, con dos mil 676 y las jacarandas, con mil 915. Esto nos da un promedio de un árbol por cada cinco habitantes, que es poco, porque no cubre ni la mitad de la población que ahí habita, que es de 184 mil 240 habitantes, de acuerdo con el censo del INEGI 2010”, señaló Aguirre Arévalo.
Un análisis detallado revela la situación en los ocho subdistritos de la zona uno del municipio: el primero, Chapultepec Country, que tiene un árbol por cada siete personas; el segundo, colinas de La Normal, que tiene un árbol por cada cinco personas; el tercero, Centro Médico, un árbol por cada nueve personas; Santa Teresita, un árbol por cada siete; Centro Histórico, un árbol por cada tres; Analco, un árbol por cada 15; La Moderna, un árbol, por cada tres personas y Agua Azul, que tiene un árbol por cada seis personas.
“Uno de los árboles más raros, y del que encontramos unos cuantos ejemplares, son los llamados sangre libanesa, que es un árbol perenne y que se le identifica con facilidad por su color rojo. La parota es otro árbol extraño, encontramos unos cuantos, identificables por sus hojas pequeñas, y que combinadas forman grandes extensiones, además de que son leguminosas. Otro fue el tamarindo, que resulta extraño encontrarlos en estos sitios, pero que la gente busca plantar”, agregó Aguirre Arévalo.
“Este es un censo muy importante, porque aporta referencias de cada especie, su cantidad y su ubicación exacta. Esta base de datos puede servir para estudios posteriores, y que el censo siga creciendo hasta poder especificar datos particulares de cada uno de los árboles, como su estado de salud, edad, diámetro y cuidados que debería tener”, señaló Anaya Corona.
Guadalajara, Jal., 16 de mayo de 2013
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas