Como “tirano”, “inmisericorde” y “Caldenerón” fue calificado el recién ex presidente Felipe Calderón durante la crítica implacable que la periodista Anabel Hernández le asestó durante la presentación de su último libro México en llamas. El legado de Calderón, el último texto de una trilogía que sobre el sexenio presentó esta tarde dentro del marco VIII Encuentro Internacional de Periodistas “Los otros caminos de la información”, de la Feria Internacional del Libro (FIL) 2012.
Pocos fueron para el público asistente, que abarrotó el Salón 1 donde se presentó, los cerca de 30 minutos que la periodista dedicó a describir el sexenio de Calderón al que lo describió como el peor que ha tenido el país en décadas, además de manifestar alegría por haber ganado su “pequeña e íntima victoria de seguir con vida, a pesar de muchos que me querían muerta. Pude ingeniármelas para seguir con mis investigaciones periodísticas, aunque muchas de mis fuentes fueron ejecutadas o salieron del país”.
Este libro ―señaló―”narra la última etapa del gobierno de Calderón y describo como suplica a la universidad de Harvard para entrar, como entró al Congreso al inicio de su sexenio: por la ‘puerta de atrás’, como académico en un diplomado que le hicieron a modo; además narro en este libro a los cómplices del presidente; la farsa de la guerra contra las drogas; las cartas de los secuestradores, terribles, que cortaban orejas, manos, dedos, y que sobornaban a Genaro García Luna cuando era jefe de la Policía Federal en 1998 y 1999”.
Anabel Hernández mencionó que Calderón no se ve lejos del país, porque desde las faldas de su esposa, Margarita Zavala, busca regresar al candidatearla para ocupar la silla presidencial en 2018. “Es triste que apenas hace algunos días Calderón emulaba a Nerón, aquel personaje que cuando Roma ardía en llamas él cantaba alegremente. Ese es Felipe Calderón: inmisericorde, incapaz de tener un buen sentimiento, ni siquiera cuando se reunía con las madres de las víctimas que lloraban suplicando justicia. Ni siquiera así se doblegó el carácter de este tirano, por decir lo menos”.
Además de destruir al Partido Acción Nacional, el partido que lo llevó al poder, Anabel Hernández señaló que también fue el artífice de la destrucción del ejército mexicano. Agregó que ahora los cárteles ya no tienen que quebrarse la cabeza para pasar la droga por México, cuando los empleados de la Seguridad Pública Federal son quienes cargan las maletas en los aeropuertos del país con la cocaína y los billetes. “Son muchos los mercenarios que nos deja Calderón como herencia, y que serán un dolor de cabeza para muchos mexicanos”.
Guadalajara, Jal., 1 de diciembre de 2012
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Adriana González
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas