Carlos Fuentes “bailaba muy mal”, aunque después “se compuso”, expresó la escritora mexicana Elena Poniatowska. Fue el único defecto que le encontró al escritor e intelectual mexicano, pues sentenció que con su obra “infinita” rebasa a México, incluso, arrolla a toda la novelística anterior y, quizá, a la venidera.
Durante el primero de los cinco homenajes que le brindará la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2012, precisó que el autor de Aura, remontó el tiempo, expandió nuestras fronteras, atravesó los siglos y convirtió su escritura en el océano que nos separa de Europa.
“Giraba a más de 197 revoluciones por hora, como un relámpago, Fuentes alumbró desde La región más transparente hasta su último ensayo, porque lo único que no figura en su cosmogonía es la poesía que no escribió, pero late en el ritmo de sus frases y en el vuelo de sus encantaciones. Convirtió a cada una de sus novelas en una empresa formidable”, dijo Poniatowska.
Ante escritores, funcionarios de la FIL y público en general que abarrotó el auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, insistió Elenita que “ser mexicano es leer a Carlos Fuentes”, ya que al construir sus capítulos, construye lectores de habla hispana. Fuentes pedía que la sociedad fuera libre y sentenciaba: ‘si no tienes educación, descuenta lo demás, si no tienes educación, no tienes nada’”.
En la mesa, la escritora argentina Luisa Valenzuela y el escritor nicaragüense Sergio Ramírez recalcaron la generosidad literaria de Carlos Fuentes. Dijeron que era un creador de puentes, era maestro de la puntualidad. Valoraron su entusiasmo, su generosidad para dialogar, su pasión y buen humor, entre otras cualidades.
El moderador, el escritor Juan Cruz dijo que Carlos Fuentes “era un abrazo de todas las culturas” y la mesa es “un autorretrato”, pues se componía de personajes de varias nacionalidades. Sergio Ramírez destacó que Carlos Fuentes leía a sus contemporáneos y daba la bienvenida a los nuevos narradores “de manera entusiasta y cordial” en la búsqueda de escritores novedosos.
Luisa Valenzuela planteó que Carlos Fuentes se distinguió por ser un hombre “inagotable”. “Yo lo pienso a él como un caleidoscopio, tenía facetas más esplendorosas y de mayor cantidad que un diamante, un diamante tiene 64 facetas. Yo creo que las facetas de Fuentes son incontables”, dijo Valenzuela.
Guadalajara, Jal., 24 de noviembre de 2012
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Abraham Aréchiga
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas
Obra de Carlos Fuentes arrolla la novelística anterior y venidera
En el primero de los cinco homenajes en la FIL, destacaron de Carlos Fuentes su generosidad literaria