Las mexicanas cuando llegan a la tercera edad suelen vivir en condiciones de discriminación, sin acceso a la seguridad social, a un trato digno y en condiciones de pobreza, afirmó Martha Villaseñor Farías, profesora investigadora del Departamento de Salud Pública, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (Cucs).
Abundan los casos de mujeres que trabajaron en el comercio familiar, apoyando labores agrícolas y de crianza de animales o en trabajos domésticos. Por lo que a lo largo de su vida no generaron la posibilidad de tener un apoyo económico al llegar a una edad avanzada.
Su situación suele ser agravada por la violencia doméstica: “Hay quienes consideran que deben tomar las decisiones por el adulto mayor, hay que imponerle, sancionarlo como si se tratara de un menor de edad, entonces los hijos con frecuencia ejercen violencia contra éste”, pero ellas son las que más sufren la violencia.
Por un lado interviene la fragilidad económica de ellas. Aportan menos al sostén de la casa que los varones, pero también hay una valoración misógina y la creencia de que ellas, aunque estén ancianas, tienen que ser responsables de sí mismas y de otras personas.
“En una investigación que realicé junto con la investigadora Isabel Valadez sobre diabetes, veíamos cómo la actuación de apoyo era diferente hacia las mujeres diabéticas que eran madres, que hacia los hombres. Tendían a disculparlos cuando se descompensaba su glucosa y tendía a responsabilizar a la esposa por no cuidarlo bien, pero cuando a ellas les subía el azúcar era responsabilidad de ellas mismas”, dijo Villseñor.
Ellas también sufren mayor abandono que ellos, sin que esto signifique que dejar a un adulto mayor en un asilo implique que se le abandone.
Las mujeres viven más que los hombres. Sin embargo, ellas llegan a la vejez en peores condiciones de salud: “Esto se debe a la sobrecarga de trabajo. Muchas mujeres tuvieron que hacer labores extradomésticas, más las propias del hogar hasta edades muy avanzadas”.
Muchas en la vejez siguen cuidando a los nietos, cocinando, lo que no sucede con ellos. A los hombres de la tercera edad la familia tiende a relevarlos pronto de actividades laborales. Argumentan que ya trabajó mucho tiempo, que ya debe descansar, lo que no sucede con las mujeres.
Señaló que las hijas son quienes con frecuencia dan tales tratos a sus madres de edad avanzada: “La misoginia y la discriminación de género tiene que ver con el machismo, pero éste no es una actitud de hombres, sino una postura cultural frente al hecho de ser mujer”.
La transición de la mujer a la vejez y su repercusión en la familia es el tema principal que abordará el XXXI Congreso Internacional de la Alianza Panamericana de Médicas, del 17 al 20 de octubre.
Invitan la Asociación Jalisciense de Médicas, A.C. y la Universidad de Guadalajara a través del Centro Universitario de Ciencias de la Salud. Los interesados pueden solicitar mayor información en info@pamwa2012.org y trabajoslibres@pamwa2012.org o consultar el programa de actividades en http://pamwa2012.org/programa.html .
Guadalajara, Jal., 07 de agosto de 2012
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Abraham Aréchiga
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas
Deplorable situación de mexicanas en la tercera edad: sufren más violencia que los hombres
Serán tema de análisis en el XXXI Congreso Internacional de la Alianza Panamericana de Médicas