“No sé que estoy haciendo aquí” dijo Alma Guillermoprieto al tomar posesión de un estrado al que le costó trabajo subir. El mismo estrado que palabra tras palabra la iba mostrando como la que es: una periodista crítica, ácida en su análisis pero certera y comprometida.
La presencia del Gabriel García Márquez no opacó, como muchas otras veces en sus visitas a la Universidad de Guadalajara, la conferencia del personaje principal. Guillermoprieto por sí sola llenó a tope el Paraninfo Enrique Díaz de León, durante la conferencia magistral que puso fin a su participación en la Cátedra Julio Cortázar, auspiciada por el mismo “Gabo” y Carlos Fuentes.
Presentada por el editor Braulio Peralta, la periodista mexicana y corresponsal de diversas guerras en América Latina recordó su iniciación a la literatura en la adolescencia, que tuvo su momento cumbre al conocer a la Maga, el personaje femenino de Rayuela de Julio Cortázar, porque “no había otro escritor que le ofreciera a las mujeres en embrión, como yo era, una manera de ser femenina que nos permitiera ser rebeldes”.
En tres décadas de trabajo al que llegó “casi por accidente” tuvo la oportunidad de cubrir la revolución sandinista en Nicaragua y seguir con las de Guatemala y el Salvador en la década de los 80. En este último país, Guillermoprieto conoció la libertad absoluta que proporciona la reportería mediante la cual se enfrentó con la vida “con la misma efervescencia que me produjo el encuentro con la Maga. El mismo golpe de oxígeno”.
Después de su paso como testigo de las primeras historias sangrientas de la América Latina “comencé a entender que las notas que yo escribía desde el teletipo, con tanta despreocupación eran textos que alguien o muchos tomaban entre sus manos y leían con la absoluta confianza que habían depositado en mí. Yo era la encargada de ver y oír por ellos” De ahí su profundo compromiso con el periodismo y por contar no una sino todas la verdades que inciden en un problema.
De las guerras se puede salir con algo de mañana, aseguró, no así del narcotráfico. El fuego puede venir de en cualquier momento y desde cualquier punto. México ha entrado en un punto en el que el narcotráfico es y será por muchos años el gran tema nacional. Que no tendrá solución en el futuro previsible, porque su miedo y su dinero corrompen lo mismo a un secretario de estado que a una empresa periodística.
Al referirse al futuro de periodismo en América Latina y el mundo, Guillermoprieto se mostró optimista y confiada en que serán los jóvenes con el verdadero oficio y vocación los encargados de que el periodismo no desaparezca a pesar de la amenaza que representa la tecnología para el trabajo de tinta y papel.
“¿Morirá entonces la larga tradición de la reportería con el colapso de los medios?. Arriesgo todo y digo que no, que al contario. Que la misma transformación de los medios está viendo (…) la falta del emisario que deja atrás la computadora, los cómodos puntos de vista, los prejuicios y las opiniones trilladas y va al lugar de los hechos a ver que es lo que realmente sucedió y regresa y nos lo cuenta”.
Dijo además que ese tipo de reporteros “no son dueños de un blog, ni son el chateador que estuvo en la esquina del accidente y tomó una foto y la mandó a la estación de televisión. Los que hacen falta son los del oficio, los reporteros y estos van tomando los nuevos medios en sus manos creando la nueva realidad periodística y generando un nuevo publico.”
La autora de Al pie de un volcán te escribo - Crónicas Latinoamericanas y maestra de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano pasó la estafeta a los noveles periodistas “que le darán vida a este viejo oficio de salir al mundo y regresar para contarlo”.
Guadalajara, Jal., 28 de noviembre de 2008
Texto: Mariana González
Fotografía: Abel Hernández
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas