política ni interés para dar un enfoque de género al presupuesto, aun cuando existen ciertos programas que apoyan a ciertos grupos.
Tampoco hay políticas públicas para que las empresas no discriminen a las mujeres en su salario, o que se reconozca la labor de las amas de casa, ya que hasta se les ve como “mantenidas, cuando en realidad, si se contratara el servicio de nana, cocinera, chofer, sexo servidora, etcétera, se vería todo su aporte”.
No existe una política pública, acordada con la sociedad civil, ni una política de Estado permanente, transexenal, que lleve a México a erradicar la discriminación y este rezago histórico. Ante eso destacó esta cátedra, que ya tiene casi dos años de creación.
Marum Espinosa y la secretaria académica del CUCEA, María Rodríguez Batista, consideraron que la meta de este esfuerzo es conjuntar la opinión de especialistas, sus propuestas y estudios, para encontrar alternativas a este problema.
“Las miradas se han vuelto de nuevo hacia la educación, entendida como uno de los mecanismos para pensar en la pedagogía que facilite la inclusión y participación social que apunte a una práctica basada en los derechos humanos, la democracia, la ciudadanía y la igualdad”.
Al seminario asisten especialistas como Frances Stewart, del Centro de investigaciones sobre desigualdad, seguridad humana y etnicidad, de la Universidad de Oxford; Rosa María Rubalcava, profesora de El Colegio de México, y Magdalena Villarreal, profesora investigadora del CIESAS de Occidente.
Guadalajara, Jal., 1 de octubre de 2008
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas