Durante el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, realizado dentro de las actividades de la Feria Internacional de Libro de Guadalajara (FIL) [1], se rindió el homenaje La Catrina a Ángel Boligán, caricaturista cubano-mexicano, quien en su obra mantiene un lenguaje reconocido gráfica y metafóricamente.
 
El reconocimiento y la estatuilla de La Catrina –diseñada por Luis Aragonés y realizada por Rubén Hernández Guerrero, inspirada en el concepto de José Guadalupe Posada–fueron entregados por el Rector General de la Universidad de Guadalajara (UdeG) [2], maestro Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla.
 
Boligán expresó que “ya no sé si soy un cubano aplatanado en México o soy un mexicano nacido en Cuba; ya no soy ni de aquí ni de allá”, y que en este país encontró un espacio para su arte, de respeto, libertad, cariño y amistad. “Nunca me interesó mirar más al norte, aquí me sentía en casa. Me reencontré con los caricaturistas Rius, Helio Flores y Rogelio Naranjo; todos entrañables amigos que siempre me han acompañado”.
 
El ganador del premio ha trabajado desde 1992 en México, como colaborador de diversos periódicos y revistas del país, principalmente en El Universal, revista El Chamuco, y Foreign Affairs Latinoaméricana. Es fundador de la agencia Cartonclub y miembro del Sindicato Internacional de Caricaturistas Cagle Cartoons, Inc, de Estados Unidos; de la agrupación internacional Cartooning for Pleace, con sede en París, y también de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
 
“La catrina, el pasado octubre se llevó a mi madre y 24 días después a Rogelio Naranjo. Hoy yo me la llevo a ella, espero los tenga en un buen lugar como yo la tendré a ella”, finalizó Ángel Boligán.
 
El presidente de la FIL, licenciado Raúl Padilla López, dijo que el homenajeado es de increíble imaginación y creatividad crítica y satírica, y explicó que en su obra se puede ver el equilibrio entre la idea y la representación.
 
 
 
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 3 de diciembre de 2016
 
Texto: Miguel Ramírez
Fotografía: David Valdovinos