Democracia, un valor insuficiente pero irrenunciable: Solís Gadea
La democracia, si bien no es suficiente para cumplir los anhelos de bienestar social, es un valor irrenunciable que se debe de defender. Y es que el déficit de legitimidad de la clase política ha provocado insatisfacción ciudadana hacia las instituciones, lo cual pone en riesgo la democracia por un fenómeno de “deserción cívica”, reflexionó el Vicerrector Ejecutivo de la Universidad de Guadalajara (UdeG), doctor Héctor Raúl Solís Godea.
El catedrático universitario participó en la Cátedra Francisco I. Madero, organizada por la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y el Instituto Nacional Electoral (INE), con el tema “Opinión pública y deconstrucción de la democracia”.
En su charla, en formato virtual, Solís Gadea explicó que México está en el fin de una era y el inicio de otra era incierta. El régimen gestado en los años 80 está en etapa terminal y las reglas del juego político muestran signos claros de agotamiento y de una bancarrota moral.
“Tenemos un déficit de representación en el sistema político y una carencia de legitimidad en las instituciones de parte de partidos, gobernantes y clase política. Y nuestro régimen económico ha sido incapaz de generar niveles adecuados de bienestar material. Combinados ambos: déficit de legitimidad y de bienestar, tenemos una combinación explosiva que alienta la llegada al poder de expresiones que intentan resolver la situación, pero no precisamente respetando los valores de la democracia”, subrayó.
En su opinión, México ha construido en los últimos 40 años un núcleo institucional democrático, quizá con carencias, pero a final de cuentas permite cambiar de gobierno sin recurrir a otros juegos, y los partidos representan la pluralidad social, por lo que ese logro de la sociedad mexicana no se debe regatear.
“Para estabilizar a una sociedad, desarrollarla socialmente, tener gobiernos que respondan a las expectativas de los ciudadanos, se conduzcan virtuosamente sobre las decisiones públicas y prevalezca el interés general, no es suficiente la democracia de partidos. Hacen falta otros componentes, y lo que estamos viviendo es la consecuencia de que a nuestra democracia le ha faltado ser complementada por otros elementos”, declaró Solís Gadea.
Virtudes como la tolerancia, respeto a la ley, disposición a escuchar argumentos y defensa del derecho del individuo a sus propias libertades, no pueden ser garantizadas si los gobiernos emanados democráticamente dejan de rendir buenas cuentas.
“El origen de lo que vivimos en México es esa situación de incapacidad, el agotamiento del régimen político. Es insuficiente la sola existencia de la democracia, que es un valor irrenunciable. Para seguir garantizando esas prerrogativas cívicas necesitamos reenfocar la democracia, impulsar un nuevo debate, revisar la transición, para complementarla”, compartió el Vicerrector Ejecutivo.
México, entonces, tiene una oportunidad. Recordó que la llegada al poder de un partido, respaldado por millones de mexicanos y que propone un cambio de régimen, plantea algo tan profundo, tan grave, como una transformación similar a la de la Revolución, la Reforma o la Independencia de México.
Dijo que “es ambiciosa esa pretensión, nos puede sonar desmesurada, y hay que ponerla en perspectiva. Es más lo que se pretende suplantar que el contenido específico de lo nuevo, no hay suficiente claridad en las propuestas concretas, objetivos de política o diseños específicos de nuevas instituciones”.
Sin embargo, añadió, “si existe esa propuesta es porque es necesario revisar lo que tenemos, ir a fondo y revisar que pasó con la democracia. Porque si no lo hacemos, nos vamos a dejar arrastrar por la polarización o los discursos monológicos o que solamente le hablan a un sector de la población, y caer presa del populismo o del abandono del núcleo institucional fundamental de la democracia”.
La clave está en evitar la concentración del poder político y económico; de lo contrario, México vive en muchos riesgos derivados de la complejidad de la crisis que se está viviendo y se vuelve necesario salir de la política de la diatriba y la descalificación, pues no puede haber opinión pública sin libertad de los ciudadanos, consideró.
El Director de Educación Cívica y Participación Ciudadana del INE, maestro Francisco Morales Camarena, quien moderó la charla, explicó que la opinión pública tiene una estrecha relación con la construcción de la democracia. Los medios de comunicación, durante muchos años, fueron unidireccionales y controlados por el poder. La opinión pública es importante porque otorga las herramientas para que las personas interpreten la realidad y la reflexionen.
“Hoy, desde un teléfono celular, cualquiera tiene la capacidad de ser escuchado. La deliberación de asuntos públicos está a merced de formatos como el de 140 caracteres o cápsulas de 30 segundos que no permiten reflexionar sobre un tema, pero sí alientan la calumnia y la difamación, y han generado la desintegración de la esfera ciudadana”, señaló.
El investigador de Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, doctor José Antonio Meyer, habló sobre el papel que desempeñan las opiniones ciudadanas para evaluar el desempeño de las instituciones.
Expuso que actualmente existe una atmósfera de incertidumbre social, una pérdida de confianza pública en las instituciones del Estado para atender crisis complejas y conducir a la sociedad hacia escenarios de participación y corresponsabilidad.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 12 de agosto de 2020
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Cortesía Facebook