Los cannabinoides no son la panacea, pero deben estudiarse con criterio abierto, considera especialista
La marihuana no es una panacea, tampoco hay que descartar a priori su uso terapéutico, señaló el Vicepresidente de la Asociación Mexicana de Medicina Cannabinoide, doctor Luis David Suárez Rodríguez, durante una conferencia impartida este jueves 4 de abril en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara, como parte de Cannafest 2019. Gira Universitaria, organizada por la Federación de Estudiantes Uniiversitarios.
Suárez Rodríguez, acompañado de la doctora Diana Orendarin Brasch, residente de anestesiología del nuevo Hospital Civil Dr. Juan I. Menchaca, impartieron la conferencia “El sistema endicannabinoide, terapias con derivados de cannabis como tratamiento para el dolor crónico y diversos padecimientos”.
El especialista pidió a los estudiantes de Medicina tener un criterio abierto para estudiar las alternativas que ofrecen los fármacos elaborados con base en cannabinoides, sobre todo analgésicos, antidepresivos y coadyuvantes en el tratamiento del cáncer.
“Pareciera que la cannabis es una especie de panacea. De acuerdo con la revista PAIN, los potenciales y beneficios de la cannabis son en tratamientos para inflamación, dolor, diarrea, distrofia muscular, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, etcétera. Todos, potenciales patologías en las cuales la cannabis podría tener beneficios”, detalló.
Suárez Rodríguez se adentró en el estudio de la medicina cannabinoide debido a que a su consultorio en Playa del Carmen, Quintana Roo, llegaban pacientes de todo el mundo, para pedirle seguimiento a tratamientos recetados en sus países de origen, con fármacos basados en sustancias derivadas de la hierba; pero así como hay beneficios, advirtió, también existen efectos adversos potenciales.
“Por más que digamos que la cannabis es muy segura, puede haber adicción fisiológica, dependencia psicológica, síndrome de abstinencia, tolerancia con el uso excesivo, ansiedad, alucinaciones, depresión, miedo, precipitaciones psicóticas, alteración en la percepción del tiempo. Ojo: todos estos efectos que los usuarios de la cannabis recreativa reconocemos, los consideramos en medicina cannabinoide como efectos adversos”, recalcó.
Dejó en claro que en el caso del cáncer, jamás se debe de dejar de aplicar radioterapia y quimioterapia, y que la marihuana no debe sustituir estos tratamientos, pero sí puede combinarse.
La doctora Orendarin Brasch realizó un recorrido histórico sobre el uso medicinal de la marihuana. Recordó que existen textos chinos que datan del año 2900 antes de Cristo, donde ya se exploraban los potenciales beneficios de la planta para tratar el estreñimiento, el dolor reumático, los transtornos del tracto reproductor femenino y la malaria.
“Fue hasta 1964 cuando los cannabinoides entran en la escena científica, cuando Raphael Mechoulam (profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel) identificó al delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) como el ingrediente psicoactivo principal de la cannabis”, detalló.
A t e n t a me n t e
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 4 de abril de 2019
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Adriana González