Adriana Mendizábal

Por Karina Alatorre

30 Junio 2014

Uno de los primeros proyectos de investigación que encabezó Adriana Mendizábal Ruiz, investigadora del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, fue reconocido el 18 de junio con el galardón Fundación Pedro Sarquís Merrewe, en la categoría de ciencias, modalidad cáncer de mama.

Su línea de trabajo estuvo enfocada a la investigación del cáncer de mama, en particular a un sistema de marcadores moleculares que, de acuerdo a las conclusiones del proyecto, podrían estar relacionados con este padecimiento, similar a lo que ocurre con los marcadores genéticos del crecimiento.

La investigación, denominada “Asociación de polimorfismos del sistema renina angiotensina con cáncer de mama y tejido benigno”, es una de las más recientes en esta área de la genética, y pretende contribuir a un mejor tratamiento del cáncer a través de la identificación de los marcadores moleculares.

La de este año fue la XIV edición de los premios que otorga esta asociación civil, con el fin de reconocer a personalidades destacadas que desde su área contribuyen al desarrollo social.

El trabajo de campo fue realizado en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica de Occidente, como resultado de la tesis doctoral que Adriana Mendizábal realizó para su posgrado en genética.

La científica es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y docente desde hace ocho años en la licenciatura en químico farmacobiólogo del CUCEI.

¿Cuál es el impacto social de su proyecto?

El cáncer de mama es complejo y cada vez nos damos cuenta de que hay más componentes, por lo que tenemos la necesidad de tratar de prevenir, pero además de eso, dar a la gente un mejor tratamiento, mejorar sus expectativas. Muchos de estos marcadores moleculares que investigamos son pequeños indicios que nos dicen si vamos por buen camino con el tratamiento indicado al paciente.

¿De qué manera estimula este reconocimiento su trabajo?

Me parece importante, sobre todo porque es una presea que viene de un grupo social, no de alguna institución de gobierno, sino que es un reconocimiento de la sociedad. Nosotros hacemos nuestro trabajo con la idea de mejorar la situación, pero a través de este reconocimiento te das cuenta que a la gente le preocupa y que hay un impacto.

Con estadísticas de casos de cáncer de mama, parece que la investigación no es suficiente: ¿cuál es su opinión al respecto?

En este campo hay trabajo de mucha gente que hace cosas interesantes, que aporta mucho, pero también existen muchas carencias al hacer los proyectos, sobre todo de dinero. Hemos aprendido a trabajar de esa manera. Con lo que tenemos aprendemos a ser más innovadores. Cuando se investiga en este tipo de enfermedades, no se sufre tanto, ya que por lo menos hay una intención de apoyar, así que a veces no es porque no se quiera, sino porque está difícil la distribución de los apoyos. 

¿La investigación en laboratorio es demandante para el farmacobiólogo o deja espacio para otras actividades?

Es algo que me gusta. A veces, aunque no podamos estar trabajando en el laboratorio, con todas las herramientas tecnológicas a la mano, podemos aventajarle y seguir haciendo el trabajo en cualquier lugar en donde estemos. Es leer artículos, revistas científicas. Todo esto contribuye a las ideas que uno genera. 

Como egresada de la carrera en químico farmacobiólogo, ¿cómo considera las posibilidades laborales en este campo?

Es una carrera que puede ser versátil, porque entre otras cuestiones viene a cubrir esta parte de la salud que no les toca a los médicos. Tenemos la parte clínica, diagnóstico, pruebas clínicas en los laboratorios. Está el tratamiento, toda la cuestión de fármacos, los productos naturales cada vez los están desarrollando y entendiendo más este campo.