Zona Metropolitana de Guadalajara con mayor vulnerabilidad a efectos del cambio climático

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Concluye el VII Foro Cultura y Naturaleza

Tanto por la ubicación geográfica como por la falta de información, el crecimiento poblacional desmedido y los efectos que tiene la contaminación en la salud, hacen de la zona metropolitana de Guadalajara un sitio más vulnerable a los efectos del cambio climático.

 Lo anterior fue expresado por el investigador de la Universidad de Guadalajara, Arturo Curiel Ballesteros, durante el VII Foro Cultura y Naturaleza. Agregó que ante desastres y perturbaciones naturales e incluso fenómenos como el cambio climático, una mayor vulnerabilidad tiene que ver con factores como el crecimiento poblacional.

  Si analizamos todos los desastres del siglo XX, el mayor impacto es a partir de poblaciones mayores y fuertes concentraciones en las ciudades, apuntó. Si de manera adicional, el crecimiento se da a partir de la especulación más que con base en la planeación, esto generará un mayor riesgo, tal como podría suceder con los nuevos proyectos urbanos de la ZMG.

  Es decir, de repente hay un proyecto que habla de que van a crear, en el valle de Zapopan, viviendas para 100 mil personas en un periodo de siete años, cuando sólo tres municipios en el resto del estado tienen esa población y por otro lado en Zapotlanejo pretenden crear vivienda para un millón de habitantes.

 Por lo tanto, enfatizó que no se está visualizando que esa forma de pensar y concebir el crecimiento nos está llevando a que la zona metropolitana de Guadalajara tenga una condición de mayor vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático.

  Alguien se ha preguntado, de dónde van a sacar el agua para estas poblaciones, es decir, no va a llover más, no se va a infiltrar más agua, incluso, hay grietas en Tesistán por la sobre explotación y el lago de Chapala está amenazado por el cambio climático . Su alta vulnerabilidad radica en su baja profundidad, su gran superficie y el incremento de condiciones de evaporación .

 Curiel Ballesteros añadió que en los últimos 20 años hemos sido testigos de que estamos rebasando la capacidad de autorregulación o autopurificación natural, por ejemplo del río Santiago o del aire en la ZMG.

 Ante lo cual enfatizó que es urgente trabajar en un proceso de adaptación ante el fenómeno que permita generar más conocimiento, educación, mejor toma de decisiones, con el objetivo de mitigar los posibles daños no sólo del medio ambiente, sino también en la salud de la ciudadanía.

Guadalajara, Jal., 5 de diciembre de 2009
Texto: Elizabeth Raygoza
Fotografía: Sara Covarrubias
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas

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