Las FARC, debilitadas

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Perdieron legitimidad al traicionar sus ideales sociales por relacionarse con el secuestro y narcotráfico

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) están debilitadas, porque su forma de obtener recursos se ha basado en el secuestro, la violencia, la extorsión y el narcotráfico. Con esto traicionaron sus ideales sociales y denigraron su imagen, considera el jefe del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos (DEILA), Jorge Abel Rosales Saldaña.

Para el investigador, el debilitamiento surgió después del ataque que sufrieron por parte del Ejército Colombiano, enfrentamiento que desembocó en el rescate de la excandidata presidencial y política franco-colombiana, Ingrid Betancourt, junto con otros 14 secuestrados.

“Fue un golpe muy fuerte para las FARC. Los ha debilitado. Evidentemente no están liquidadas, pero sí están muy debilitadas. Hay un gran debilitamiento de las FARC, porque muchos de sus líderes han muerto, otros se han entregado, hay disputas muy fuertes entre ellos y también han logrado aislarlos del entorno internacional que les era favorable”.

Añadió que “la táctica a la que ha acudido las FARC de hacerse de recursos por la vía de la producción y la venta de drogas, particularmente de cocaína, y de ahí financiar la compra de armas, no se puede valorar positivamente, porque es caer en un ámbito delincuencial. No están dando los resultados que ellos esperaban y eso los debilita mucho ante la opinión pública, porque nadie que tenga la mínima noción política, puede apoyar ese tipo de prácticas, estar acudiendo a métodos propios de los delincuentes. Eso es lo que creo que afecta más el posible prestigio que pudiera tener las FARC. Ese creo que es un error: haber acudido a métodos que se consideran inapropiados, en un sentido ético-político, de los grupos que quieren generar cambios positivos a favor de los pueblos, a favor de las sociedades”.

El investigador del CUCSH visitó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sitio donde opera un reducido grupo de académicos y profesores que se identifican con la ideología de las FARC.

Respecto a la visita, el investigador detalló: “es un grupo muy pequeño. Tienen sus banderas y propaganda. Hay grupos que acuden a sus actividades, pero no pasa de ahí, de ser un grupo pequeño. Su intención posiblemente es cooptar apoyos y llevar al territorio colombiano a gente que se entrene. Las actividades propiamente en el entorno estudiantil son muy marginales. No tienen gran repercusión y se pueden contar con los dedos de la mano a aquellos que realmente se activan o que son simpatizantes orgánicos. Básicamente son acciones de propaganda y que, por lo mismo, son tolerados por las autoridades”.

Durante la visita del académico, los estudiantes programaban un ciclo de cine de películas de izquierda y revolucionarias, con lo que se demuestra que realizan actividades culturales o de información, que no tienen mayor alcance ni preocupan a las autoridades de la máxima casa de estudios del país.

Respecto a la influencia que puede tener el también llamado “Ejército del pueblo” en los jóvenes mexicanos, refirió que, a pesar de que en el país existen grupos revolucionarios como el frente zapatista, las opciones muy radicales nunca han encajado en México, por el rechazo de los métodos terroristas.

En el caso de la UdeG, en particular en el área de ciencias sociales, del CUCSH, no se han reportado estudiantes o profesores que reivindiquen a las FARC como organización, aunque puede haber individuos que simpaticen con el grupo, lo cual no quiere decir que tengan una organización dentro de la Universidad.

“Esto es muy normal en los jóvenes, sobre todo en la academia, porque aquí se da una situación libertaria, hay libertad de pensamiento y de criticar la situación. Muchos jóvenes llegan a desesperarse e incluso a enrolarse”.

Actualmente, las FARC, la guerrilla más antigua y numerosa de América Latina, no tiene presencia en regiones activas con gran influencia. En la actualidad, los jóvenes tienen un pensamiento abierto y radical, pero no es fácil que acepten grupos que dicen buscar derrocar al gobierno colombiano para acabar con las desigualdades sociales, cuando violan los principios revolucionarios o humanistas.

Guadalajara, Jal., 6 de octubre de 2008
Texto: Wendy Aceves
Fotografía: Internet
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas

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