Las escritoras son las comparsas de la literatura latinoamericana: Elena Poniatowska

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La escritora mexicana cerró el Seminario Narrativa Latinoamericana del siglo XXI, en Los Ángeles, California

Para Elena Poniatowska el papel de la mujer como escritora es muy claro: son las comparsas de la literatura latinoamericana ; según señaló durante su conferencia magistral dictada anoche durante el cierre del Seminario Narrativa Latinoamericana del siglo XXI, que forma parte del Programa Universidad de Guadalajara con sede en Los Ángeles, California, y el cual fue organizado en conjunto con la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), a través de su Departamento de Español y Portugués.

 Elena Poniatowska, quien ayer cumplió 77 años de edad, inició su conferencia con una pregunta: ¿Han visto ustedes en el zoológico a las leonas, que se mantienen atrás lamiendo una invisible espina en su pata, esas que parecen gatos callejeros, flacos, escaldados y pelones? Pues esas son las escritoras latinoamericanas, según Maria Luisa La China Mendoza: feas, opacas, que están siempre en segundo plano, las que quedaron como costales gastados después de la última cría .

 Y siguiendo con la analogía, profundizó: En cambio el león, en donde quiera que esté, impone sus condiciones; la leona, jamás. Carlos Fuentes alza su cabeza magnífica de león de la Metro-Goldwyn-Mayer, sacude sus crines de oro, y saluda a otro león también coronado, a Mario Vargas Llosa, que a su imagen y semejanza enseña los dientes tan atractivos como los del gato Cheshire, cuya sonrisa veía Alicia en el país de las maravillas, cada vez que se apagaba la luz .

  Las escritoras son las comparsas de la literatura latinoamericana. Recuerdo haber leído en una revista francesa una lista de los premio Nóbel latinoamericanos, y la única que no aparecía era Gabriela Mistral. Salvo el caso de Isabel Allende, las mujeres que escriben, muy pronto dejan de creer en sí mismas por falta de aliento. Para Rosario Castellanos, la más completa de nuestras escritoras, las condiciones no fueron muy distintas a las de Sor Juana Inés de la Cruz, quien 300 años antes decidió escoger la clausura para poder ejercer su vocación .

  Así que al igual que Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos tuvo que enfrentar una realidad aterradora: la mujer no es igual al hombre, es inferior. Por lo tanto, no tiene la misma capacidad para pensar, mucho menos para crear, así lo escribió en su tesis sobe cultura femenina, en la que prácticamente pide perdón por atreverse a ingresar a un mundo que le está vedado: el de la cultura .

 Posteriormente, Poniatowska hizo una revisión minuciosa de las principales obras escritas por las más destacadas literatas de nuestro continente, desde las chicanas liberadas, hasta las escritoras comprometidas del cono sur, que después de haber dejado la literatura de confesión, se lanzaron al mundo a vencer prejuicios raciales y sociales y hacerse respetar. Escritoras que juegan con el idioma, lo engarzan y lo hacen un collar suntuoso .

  Las escritoras latinoamericanas venimos de países pobres, desamparados; nuestra pobreza no es la del indigente, no, la pobreza en América Latina es la de la indiferencia: no hay nadie ante quien pararse y decir: no he comido . Esta hambre penetra en nuestras páginas y las contagia. Al ser una minoría, las escritoras se han aliado a las minorías, por eso denuncian, manifiestan, se quejan y se la juegan, por eso a muchas les ha caído la policía. La realidad que describen muchas escritoras es la que viven los oprimidos .

Guadalajara, Jal., 19 de mayo de 2009
Texto: Juan Carrillo Armenta
Fotografía: Internet
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas