Investigadores estudian los lagos para cuidar el medio ambiente

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Expertos sobre paleolimnología se reúnen en Guadalajara

El día de hoy, en el Hotel Hilton de Guadalajara, inició el 11 Congreso Internacional de Paleolimnología, que se realiza por primera vez en México y está organizado por el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara, en colaboración con el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Asociación Internacional de Paleolimnología (IPA).

El evento fue inaugurado a las 8 de la mañana por Rick Battarbe, presidente del IPA, a la presencia del rector del CUCEA, Víctor González Álvarez, y durante tres días, hasta el vienes 18 de diciembre, alrededor de 150 conferencistas procedentes de diferentes países, expondrán sus investigaciones acerca de esta disciplina. Misma que se encarga de estudiar el pasado de los lagos, para registrar, a través del análisis de sus sedimentos, los cambios ambientales que han sufrido diferentes ecosistemas del planeta.

Un ejemplo de estos estudios, es el que presentó Pedro Faustino Zarate del Valle, profesor investigador del CUCEI, titulado “El lago cráter de Santa María del Oro, como una referencia prístina para los compuestos orgánicos persistentes (COP) y metales pesados para las investigaciones ambientales en el occidente de México”.

Esta investigación, explicó el profesor, “inicia a raíz de que México firma el tratado de libre comercio, y entonces tuvo que acatar las indicaciones de la ONU para identificar la presencia en el medio ambiente de COP, definidos mundialmente como la ‘docena sucia’, sustancias que además de contaminar, afectan a la vida y la salud humana”.

Estos componentes orgánicos, tales como pesticidas, dioxinas y furanos, creados por el hombre en particular a través de las actividades industriales, además de ser cancerígenas pueden provocar malformaciones congénitas. “Son un desastre ambiental, y se siguen utilizando en algunos países, y como persisten en el ambiente, se han llegado a identificar incluso en el casquete polar por lo que es una alerta a nivel global”.

Los contaminantes son sensibles a la temperatura, por lo que en climas cálidos se vuelven ligeros y son transportados por las corrientes de viento. Por lo anterior, explicó Zarate del Valle, EE.UU. y Canadá pidieron enérgicamente que se realizara este tipo de estudios en nuestro país, ya que, a pesar de que en esas naciones actualmente no se usan sustancias clasificadas como COP, siguen registrando presencia de estos elementos en el entorno natural, imputándola, en consecuencia, a la contaminación producida por México.

Sin embargo, el investigador del CUCEI, como resultado de su investigación sobre los sedimentos que se depositaron en Santa María del Oro en los últimos 50 años, cuando se supone que inició la industrialización del país, comprobó que esta es una verdad a medias.

“En México, aun si está controlado, se siguen usando algunos de estos contaminantes. Pero con mi equipo de trabajo, concluimos que no se identificaron en el sedimento ningún tipo de estos contaminantes ni de metales pesados,  a pesar de que el lago se encuentra en el camino de la corriente de viento que de la parte occidental del país suben hacia el norte”.

Guadalajara, Jal., 15 de diciembre de 2009
Texto: Alberto Spiller
Fotografía: Francisco Quirarte
Edición de noticias: Lupita Cárdenas Cuevas

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