Discuten especialistas sobre la violencia en un conversatorio convocado por el CUCSH

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Abordaron desde la definición de la violencia por parte de la esfera política, hasta la justificación de la violencia y las condiciones estructurales que la generan

La definición de lo que es violento y criminal, depende de la esfera política y de lo que los grupos de poder establezcan. En esto coincidieron algunos de los participantes en el conversatorio convocado por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), denominado Conversatorio: Violencia, retos para su definición.
 
La doctora Martina Lasalle, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, reflexionó que el problema de la violencia y del crimen es un problema político, pues la definición de lo que es o no criminal, depende de esa esfera. Puso como ejemplo las transgresiones de los grandes corporativos, las cuales no son definidas como criminales desde el establishment.
 
“Para que efectivamente el hecho de que haya niños que se mueran de hambre en todo el mundo sea violento, tiene que haber una disputa política para que eso esté prohibido, y no me refiero a lo jurídico sino a lo estructural, cualquier acción que atente a que los niños tengan para comer sean definidos como violentos, como de la misma manera es definido como violento quien sale a robar con un cuchillo o con un arma”.
 
Y añadió: “Por ejemplo, las barbaridades que cometen las corporaciones contra el medio ambiente no se definen como violencia y no son criminalizadas, la disputa es sobre lo que se va a prohibir y lo que se va a castigar”.
 
El doctor en ciencias Sociales por la UdeG y docente de las carreras de Antropología y Sociología, Carlos Rafael Hernández, apuntó que no hay sociedad sin violencia, y coincidió en que el reconocimiento de la violencia es una disputa política. 
 
“Todo orden es una violencia para aquel que ha sido expulsado del poder y eso me parece un punto de partida evidente. No existe la posibilidad de una sociedad sin violencia porque el poder no es algo que se pueda compartir con todos, en términos reales. Quizá sí en términos utópicos”.
 
Comentó que la gente que está por encima de la ley porque pertenece a círculos de poder, tiene juego con mucho margen respecto a la ley, ellos la trasgreden constantemente porque tienen el poder. En cambio, hay otros sujetos en el lado opuesto que carecen de poder.
 
“El tema de las drogas en México es un eje generador de violencias que permea al resto de la sociedad, no sería un ejemplo de mercado perfecto en el sentido de que al menos hay en esencia una ausencia de autoridad política institucional. Es la competencia perfecta al Estado y lo que lo regula es un principio de autoconservación, como principio organizador de la sociedad de mercado. Finalmente, las coordenadas de los elementos que se vuelven fundamentales nos lo está dando la misma sociedad de mercado”.
 
El doctor David Coronado, Investigador del Departamento de Sociología del CUCSH y miembro del Sistema Nacional de investigadores, se refirió a que en Jalisco, mientras en Guadalajara la tasa es de 25 desapariciones por cada 100 mil habitantes, hay municipios donde el problema es terrible, con tasas que oscilan entre los 300 y 506 desaparecidos por cada 100 mil habitantes. Explicó que hay elementos como la complexión física, la colonia donde se vive o incluso la escolaridad también se entrecruzan con la violencia.
 
“Hay un estudio de Guadalajara donde se señalan las causas sociológicas de los accidentes, que no ocurren en zonas residenciales, sino donde están más desprotegidos en términos de infraestructura. Las tasas de homicidios, accidentes, corresponden a ciertos estratos sociales, lo cual nos habla de ciertos elementos que van más allá del mero respeto a las leyes, hay elementos sociales que están detrás de todo esto”, apuntó.
 
El doctor Joachim Michael, Coordinador científico del Laboratorio de Conocimiento: Visiones de Paz del Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS por sus siglas en inglés), indicó que el aspecto jurídico que aborda la violencia es complejo, pues, aunque se constituya una conducta como delito, no implica que sea sancionado.
 
“La fascinación de la figura del gran delincuente, se ha fijado en la cultura contemporánea. Si pensamos en la figura del capo, la apología, a ese capo que se sobrepone a lo que sea, al Estado y al derecho. Pongamos la mirada en aspectos que tienen que ver con la violencia cultural, analizar cómo se justifica la violencia y eso significa no solo la legitimación de la violencia, sino la normalización.
 
Gizéh Beltrán del Río, maestra en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), explicó que existen distintos tipos de violencia de acuerdo a la clasificación de Garver, como la abierta y la encubierta, que a su vez pueden encuadrarse en la personal o institucionalizada.
 
Por ejemplo, en la violencia abierta, al nivel personal, está el asalto, la violación o el homicidio. En la personal encubierta, las amenazas, la difamación, el chantaje o la manipulación. En la institucionalizada abierta, se puede ubicar a la guerra y al terrorismo y, en la encubierta institucionalizada, la esclavitud, la opresión colonial, el racismo y el sexismo. Apuntó que hay críticas teóricas al término amplio o acotado de la violencia.
 
“Al término amplio lo que le critican es que no todo crimen o mal social puede ser visto como violento ampliar su concepto, disminuye su intensidad, fuerza descriptiva o contenido informativo. Me cuestiono si podemos ver la paz como algo opuesto a muchas más cosas que la violencia, pensar de que la paz no solo es lo opuesto a la violencia sino a otras injusticias sociales asociadas a la violencia estructural”.
 
 
Atentamente
"Piensa y Trabaja"
"Año del legado de Fray Antonio Alcalde en Guadalajara"
Guadalajara, Jalisco, 25 de febrero de 2021

 
Texto: Julio Rìos
Fotografìa: Coordinación General de Comunicación Social UdeG

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