Cien estudiantes del CUTonalá son investidos con la bata médica

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Hacen Juramento hipocrático adaptado para estudiantes

Desde niña, Gloria Elizabeth Hernández Benítez, egresada de la Preparatoria de El Salto,  soñó con ser médica. Su padre recuerda que desde muy pequeña, ella jugaba a curar a sus muñecas: tenía su abatelenguas, estetoscopio y martillito para revisar los reflejos.
 
“Lo trae en la sangre. Su abuelo, mi padre, ya fallecido, fue médico. Ella abueleó, estoy convencido de eso”, expresó José Ernesto Hernández Díaz, padre de la alumna.
 
Elizabeth se caracterizó por ser una buena estudiante. Durante el bachillerato obtuvo un promedio de 99. 
 
“Estoy orgulloso de ella y muy satisfecho de que haya escogido esa carrera para salvar vidas, y nos toca a nosotros, como sus padres, apoyarla”, dijo visiblemente emocionado.
 
La misma satisfacción embarga a José Luis Cardona Torres, egresado de la misma preparatoria, quien desde los 12 años soñó ser médico para salvar vidas y cuidar la salud de la gente.
 
Gloria y José Luis son dos de los alumnos de recién ingreso para el curso 2018–B de la licenciatura en Médico, Cirujano y Partero que iniciará en agosto, y quienes participaron en la ceremonia de imposición de la bata y juramento hipocrático adecuado para estudiantes en el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la UdeG.
 
Sus padres fueron los encargados de investirlos, como una manera simbólica de aceptar que ya tienen un hijo estudiante de Medicina.
 
“Esto significa que los padres de familia son parte importante para la comunidad de este centro universitario, y necesarios para el buen desarrollo de los estudiantes de Medicina y futuros médicos”, expresó el Director de la División de Ciencias de la Salud, doctor Alfredo Ramos Ramos.
 
“Este día significa el inicio de su formación como los médicos del futuro”, declaró.
 
En la misma ceremonia, cuatro estudiantes de la licenciatura en Derecho, simbolizando la legalidad, entregaron a igual número de alumnos de la carrera de Medicina un cadáver anónimo, como muestra de la lucha que emprenderán por la vida y la aceptación respetuosa de la muerte.
 
Posteriormente, prestaron el Juramento hipocrático adaptado a estudiantes, en el que se comprometieron a adquirir conocimientos que puedan ser útiles a la humanidad, a actuar con rectitud y honestidad dentro y fuera del plantel educativo, así como a respetar a sus profesores, padres y compañeros.
 
En la ceremonia se rindió homenaje a la doctora Zeta Melva Triana Contreras, académica de la Universidad de Monterrey, por su trayectoria y desempeño profesional. El Rector del CUTonalá, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, fue el encargado de entregarle el reconocimiento.
 
Triana Contreras es maestra en Bioética, en Ciencias de la Educación y cirujano médico y partero. Tiene como áreas de especialidad la farmacología, la bioética y la nutrición.
 
Ha participado en la formación de profesores como asesora pedagógica y tutora académica en línea en la citada universidad. Entre los premios a los que ha sido acreedora destaca el Pro Magistro Roberto Garza Sada en 2014, la máxima distinción que la Universidad de Monterrey otorga a sus profesores por su labor.
 
La homenajeada calificó a la licenciatura en Medicina como la mejor carrera profesional y a la bata blanca como símbolo de la profesión. Destacó el compromiso que implica portarla, ya que significa la responsabilidad que tienen los futuros médicos de formarse científica y humanísticamente para ejercer dignamente su profesión.
 
Asimismo 18 médicos graduados de la primera generación de la licenciatura en Médico, Cirujano y Partero, en representación de los 78 egresados, pronunciaron el Decálogo del Buen Médico, que incluye consagrar sus vidas al servicio de la humanidad, ejercer la profesión a conciencia y dignamente, y velar por la salud del paciente.
 
El Rector CUTonalá clausuró la ceremonia de imposición de la bata. Destacó que el puntaje más bajo obtenido por los alumnos entrantes es de 172 puntos; esto significa que en el examen de College Board obtuvieron de 80 a 90 puntos, cuando el promedio en la UdeG es de 50.
 
La generación entrante está conformada por  43 hombres y 57 mujeres, informó Villanueva Lomelí.
 
 
A t e n t a me n t e
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 25 de julio de 2018
 
Texto: Martha Eva Loera
Fotografías: Fernanda Velázquez