Abogan por mayor colaboración entre universidades públicas y privadas

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Expertos participan en webinar “El futuro de la universidad”, organizado por la UdeG y Jalisco a Futuro

Las Universidades mexicanas deben de aprender a trabajar en consorcios para lograr potenciar sus capacidades académicas y de investigación, y que el uso de las tecnologías les permita la colaboración para hacer frente a los embates de las políticas federales, coincidieron académicos este viernes en el webinar “El futuro de la universidad”, organizado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y Jalisco a Futuro.
 
El Coordinador General Académico y de Innovación de esta Casa de Estudio, doctor Carlos Iván Moreno Arellano, declaró que fortalecer los modelos de colaboración entre universidades públicas y privadas será clave para hacer frente a las políticas educativas de mayor “control, escasez y dependencia del gobierno federal”.
 
“Para fortalecer a la autonomía de facto –agregó–, un camino es tener mayor colaboración entre universidades. No hay vuelta atrás en las colaboraciones digitales o a distancia, eso abre muchas posibilidades. Algo que no hemos aprovechado suficiente en México es esa colaboración entre universidades públicas y privadas, las nuevas tecnologías deben permitir trabajar en consorcios para desarrollar proyectos de investigación y formación”.
 
Puso como ejemplo la Red Nacional de Innovación Educativa que aglutina a nueve universidades públicas y privadas, incluida la UdeG, y que ha dado buenos resultados y cuyo modelo podría ser aplicado en el ámbito estatal.
 
“La respuesta debe de ser local, y la mejor manera de fortalecernos mutuamente es establecer, con las nuevas tecnologías, esos mecanismos de colaboración, incluso en la docencia, compartir estudiantes, compartir profesores entre universidades públicas o privadas, porque ambas contribuimos al desarrollo y al bien público”, subrayó.
 
Recordó que de 1980 a 2019 el crecimiento de la matrícula en México fue de 3 millones de estudiantes, al pasar de 900 mil a 4 millones de alumnos, y en este periodo se crearon diversas universidades públicas y privadas, se mejoró la infraestructura, la academia y la investigación.
 
La Directora General Académica del ITESO, doctora Catalina Morfín López, se manifestó en favor de establecer este tipo de consorcios universitarios, para lo cual debe de haber primero un ambiente menos polarizado en el país, en el que ambas instancias puedan generar proyectos que contribuyan a solucionar los problemas sociales. 
 
Respecto a la Ley General de Educación Superior, dijo que uno de los aciertos de esta nueva legislación, que es discutida en el Senado mexicano, es articular un verdadero sistema de educación superior, un proyecto nacional para este sistema y cuerpos colegiados nacionales y estatales con intención regularla, y que ayudará a impulsar la planeación, la evaluación y el desarrollo de la enseñanza en este nivel.
 
Sin embargo, la regulación “queda corta” de cara a la necesidad de mejorar los modelos de organizar a la educación, porque se preocupa más por ordenar y controlar a la universidad privada. Además, le falta “un reconocimiento explícito del problema que significa la gran disparidad entre los diferentes tipos de universidades privadas”, resaltó.
 
El investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, doctor Roberto Rodríguez Gómez, señaló que la Ley General para la Educación Superior es conservadora, pues tiene “un impacto regulatorio bajo, que conserva el sistema educativo tal y como está”, y no obliga a las instituciones a hacer transformaciones profundas que mejoren la calidad de educación.
 
“En contraparte, abre posibilidades de desarrollo subsecuentes. Era necesario este nuevo marco general regulatorio obligado por la reforma al artículo tercero constitucional de 2009; es una ley que llega suscrita por todas las fracciones parlamentarias, aunque esto no quiere decir que se logró un consenso en su contenido; un aspecto crucial es que formaliza a los sistemas estatales de educación superior y abre la puerta a que existan programa y leyes estatales en esta materia y establece una distribución de competencias en clave federalista”, argumentó.
 
Aseguró que los 32 estados del país están obligados a modificar sus leyes de educación superior para armonizarse con los mandatos de la legislación general nacional a más tardar en un año.
 
El Coordinador Académico del proyecto Jalisco a Futuro 2030, del Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo (CEED), de la UdeG, doctor Adrián Acosta Silva, afirmó que en México las universidades se han transformado a raíz de las crisis históricas que se han presentado desde la época de la Colonia, y seguramente podrán reinventarse en este nuevo escenario mundial.
 
Dijo que las universidades han pasado de un modelo de universidad que tiene autonomía universitaria, que desarrolla investigación y extensión, además de docencia, espacios de legitimación de la movilidad social y de producción de conocimiento, y que contribuye a la democratización política y al desarrollo económico; a uno con financiamientos diferenciados de parte del Estado, de evaluación de la calidad y que tiene que reestructurarse en función de ello.
 
“Este ciclo es el que estamos viendo agotarse en los años recientes por múltiples causas y anticipa un futuro preocupante, pero que sin duda ofrece algunas pistas para interpretar cómo puede ser en los próximos diez años, con elementos de la Ley General de Educación Superior”, concluyó.
 
El seminario virtual fue transmitido a través de las redes oficiales de la UdeG y de Canal 44, bajo la conducción de la periodista y analista Ivabelle Arroyo. Éste y todos los anteriores seminarios virtuales pueden consultarse en el sitio http://www.webinars.udg.mx/
 
 
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Guadalajara, Jalisco, 30 de octubre de 2020

 
Texto: Mariana González-Márquez
Fotografía: Cortesía Zoom